VOZ EN OFF

Claire Foy, la reina de ‘The Crown’

Este lunes hizo noticia la actriz británica Claire Foy, luego de ganar el Emmy en la categoría Mejor actriz dramática por su extraordinario papel en The Crown (La corona), serie disponible en Netflix. Durante sus palabras de agradecimiento, y muy alejada del papel de reina Isabel II que tiene en la producción, Foy no escatimó en reconocer el trabajo de Matt Smith, su compañero de reparto, quien interpreta a Felipe de Edimburgo, su esposo, en la ficción.

Tomo este evento como pretexto para comentarles hoy sobre la serie en sí, un recuento parcial (hasta ahora) de lo que ha sido la Corona británica durante el reinado de Isabel II, y de cómo los cambios en la sociedad a través del tiempo han obligado a una estructura rígida a cambiar en forma y fondo su modelo de gestión.

En The Crown, Isabel II se convierte en reina por cuestiones del destino. Su padre, Jorge VI, muere luego de un largo reinado al cual llegó por culpa de su hermano, el rey Eduardo VIII (duque de Windsor), quien renunció a la corona por amor: se enamoró de una plebeya y se casó con ella, hecho que –en el contexto monárquico- no es permitido, y que conlleva a la pérdida de algunos derechos nobiliarios.

Es importante conocer su ascenso, ya que esto nos va a permitir tener un panorama claro sobre el inicio de la serie y la posterior evolución del personaje: se pasa de ver a una Isabel II que desconoce los manejos de la Corona británica a una experimentada reina que, con sus actitudes y jugadas políticas, sabe mantener hasta hoy su lugar en el mundo.

«En la serie se pasa de ver a una Isabel II que desconoce los manejos de la Corona británica a una experimentada reina que, con sus actitudes y jugadas políticas, sabe mantener hasta hoy su lugar en el mundo».

Ella se da cuenta de los errores que tiene la Corona, una institución que es percibida como ajena al pueblo, fuera del contexto político-social, muy vinculada a la Iglesia –y a muchas de sus taras-, y va aprendiendo a lo largo de su reinado a ostentar el cargo e imponerse como mujer en un mundo en el cual los hombres son mayoría y toman las principales decisiones de los territorios bajo su administración.

Foy, muy delicada en apariencia, sabe encarnar y caracterizar a una Isabel II muy fuerte, con carácter, que madura, y que tiene la necesidad constante de demostrar a los demás que puede con el cargo que le ha tocado asumir y que, dejando a un lado las apariencias, contrata a un profesor de educación básica-regular para que la ayude a abrir los ojos hacia la realidad, ya que ella había sido criada -literalmente- para ser una princesa.

Como reina, su mayor desventaja es no poder discutir al mismo nivel con la clase política y tener en su entorno a gente que decide por sí misma qué información debe entregarle. O sea, un claro ejemplo de menosprecio por su condición de mujer. Me faltan líneas para contarles lo buena que es esta serie. Anímense a verla, ya que es una excelente (y entretenida) forma de aproximarse a la Historia.

You Might Also Like