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‘Camino hacia la noche’: escapar del sol para salvar la vida

Cuando todos buscan cumplir con sus actividades planificadas, un raro fenómeno les cambia la vida para siempre. Eso ocurre en Camino hacia la noche (Into the night) -disponible en Netflix-, que pone en aprietos al espectador permanentemente, a través de la odisea que vive un grupo de personas al interior de un avión.

Sylvie, una joven mujer cuyo novio acaba de fallecer, aborda un vuelo nocturno desde Bruselas que la debe llevar a Moscú. Sin embargo, no se imagina que el avión sería secuestrado por Terenzio, un funcionario de la OTAN que da cuenta que algo ocurre con el sol: está matando a los seres vivos en el más próximo amanecer.

Con altas dosis de adrenalina y suspenso, Camino hacia la noche junta a personajes muy diferentes, y nos muestra el lado más egoísta del ser humano. Entre los pasajeros está un piloto que cree que todo lo puede, un proxeneta sin escrúpulos, una azafata que es amante, un anciano egocéntrico, un inocente niño enfermo, una influenciadora que vive en su propio mundo, entre otros.

«Con altas dosis de adrenalina y suspenso, Camino hacia la noche junta a personajes muy diferentes, y nos muestra el lado más egoísta del ser humano».

Además, tiene buenos diálogos fracturados: es decir, en medio de las discusiones principales, siempre ocurre algo que nos rompe la atención del tema anterior y nos invita a involucrarnos en el nuevo suceso.

Si bien en esta primera temporada se han abordado tópicos como el racismo, el juicio humano y la lucha de poderes, y la mayoría pudo salvar la vida pese a sus discrepancias -sumado a que deben viajar siempre hacia la noche-; creo que en una segunda habrá sometimiento y trabajo en grupo para hallar la solución al problema.

Todos los personajes que se pueden colocar bajo el rótulo de “Los buenos” se han quedado en el equipo. Toca a los guionistas, ahora, evitar perderlos; y superarse para sorprender y cautivar en su próxima entrega.

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