VOZ EN OFF

‘El espía’ y el Mossad

En el año 2013, a los alumnos del curso de Periodismo de Investigación nos invitaron a leer Mossad: la historia secreta (1999), de Gordon Thomas. Un libro que estructuraba gran parte de los aspectos principales del servicio de inteligencia israelí. De esta manera, nos intentaban explicar algunas técnicas utilizadas para cualquier investigación.

Entre estos días, aparte de recordar esta lectura, me puse a ver El espía, miniserie que relata la carrera que hizo Eli Cohen al interior del Mossad. Basada en la vida real, la producción nos cuenta la metamorfosis a la que se somete el personaje luego de ingresar al servicio de inteligencia. En 4 años logra lo que muy pocos pudieron hacer: estar en lo más alto del buró político sirio.

«Basada en la vida real, la producción nos cuenta la metamorfosis a la que se somete el personaje luego de ingresar al servicio de inteligencia».

Bajo el nombre del exitoso empresario Kamel Amin Thaabeth, el actor británico Sacha Baron Cohen se luce con un papel en donde mezcla adrenalina y paciencia a la vez. Tiene que ocultarle a su familia su verdadera actividad, como ocurre muchas veces en las operaciones encubiertas y, además, debe lidiar con los demonios internos que la distancia, la falsa identidad y los nervios le juegan a un espía.

La propuesta nos da, además, a otros personajes ricos para analizar, como por ejemplo a Dan Peleg, el formador de Kamel, quien permanentemente vive preocupado por su seguridad y la de la familia de Cohen. O, también, nos demuestra cómo los contactos o fuentes se van construyendo con el tiempo, como es el caso de Amin al-Hafiz, quien de embajador (el espía se hace su amigo cuando estaba en este cargo) se convierte en presidente de Siria.

El espía no solo me ha hecho recordar mis clases universitarias, sino también confirmar -una vez más- el poder de las relaciones sociales y del valor de la información en cualquier circunstancia.

You Might Also Like