Días atrás fui a ver La maldición de la llorona, película de terror dirigida por Michael Chaves y cuya producción estuvo a cargo del magnífico James Wan. La cinta trata sobre una asistenta social que intenta ayudar a una mujer que tiene encerrados a sus hijos. Sin embargo, ese encierro no es a propósito: esta mujer trata de que la llorona no se los lleve.
Cuando la asistenta logra que los niños sean trasladados a un orfanato, en un acto extraño estos aparecen ahogados en el río cercano al establecimiento. Esta situación es muy similar a la que se sostiene en la leyenda de la llorona, conocida por haber ahogado a sus hijos y, posteriormente, haberse quitado la vida.
A partir de ese momento, es la llorona quien empieza a buscar el alma de los hijos de la asistenta social, quien en un acto desesperado recurre a un exsacerdote quien tendrá la misión de eliminar a este personaje. Para ello, él empleará las lágrimas de la llorona y utilizará a la familia como pretexto para atraer el ente maldito.
«La cinta tiene buenos momentos de terror, muy típicas del estilo de Wan y que se pueden ver para mayor referencia en la saga El Conjuro y La Monja».
Destaco la presencia de Wan en la producción porque la cinta tiene buenos momentos de terror, muy típicas de su estilo y que se pueden ver para mayor referencia en la saga El Conjuro y La Monja. Asimismo, en La maldición de la llorona aparece brevemente la muñeca Anabelle, una de sus mejores creaciones.
Me pareció ver también una referencia a la exitosa serie de Netflix Stranger Things a través de un plano en el cual aparecen unas luces de colores en un momento de suspenso. Aunque con algunos errores en vestuarios -sobre todo en el final de la cinta-, sin duda, vale la pena ver esta película que ya se va por su tercera semana en cartelera.
