Después de varias semanas volví a retomar la segunda temporada de Vis a vis (2016), serie carcelera que cuenta la vida de las reclusas de Cruz del Sur. Como bien comenté en la VOZ EN OFF 015, si en la primera temporada un factor clave para el desarrollo de la misma es el amor -las diversas relaciones entre los personajes-, en esta segunda parte todo se vuelve más violento, las cosas van de mal en peor, y se complica la situación de la protagonista: Macarena Ferreiro.
Ella echa por la borda sus intenciones de librarse de la cárcel y aminorar su pena, ya que participa junto a Zulema Zahir -y otras presas- de una fuga que acaba en muerte, una búsqueda a nivel internacional y, paradójicamente, en el permanente rastreo del dinero que en un momento tuvo la familia de Macarena y que luego pasó a manos de ‘El egipcio’.
Ante el empeoramiento de la situación, la familia de ‘Maca’ decide unir sus esfuerzos y atacar con más fuerza con la finalidad de dar libertad de alguna manera a su hija -ya sea por las buenas o por las malas-. No obstante, en el transcurso de la serie, inesperados hechos hacen que constantemente cambie el guion imaginario eventualmente creado por los espectadores.
«En el transcurso de la serie, inesperados hechos hacen que constantemente cambie el guion imaginario eventualmente creado por los espectadores».
Aunque un poco lenta al inicio, la serie avanza y da cierto protagonismo a cada uno de sus personajes a través de sus dilemas personales. Ahí destaca la operación a Soledad, las palizas que reciben ‘Rizos’ de parte de Anabel y Valbuena de Saray, Zulema y su brutal capacidad de persuasión, entre otros.
Dejo pendiente las temporadas 3 y 4 de Vis a vis que, sin duda, deben tener muchas dosis de acción y suspenso, tantas como para que aún en este 2019 su audiencia siga fielmente enganchada a la trama.