Navegaba por Netflix y encontré Toc Toc (2017), cinta española que cuenta las experiencias de diversas personas que tienen un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), y que son citadas coincidentemente en un mismo turno para ser evaluadas por un reconocido médico psiquiatra, hábil en curar estas situaciones a través de sus innovadoras terapias.
Esta comedia respeta cada personaje y TOC que se establece en la obra de teatro del mismo nombre, popularizada en Perú (Los Productores) y en diversas partes del mundo, y que fue escrita por el dramaturgo francés Laurent Baffie en el 2005. Pero su éxito, tanto en las tarimas con en la pantalla grande, no solo es por el efecto de causar risa alguna, sino más bien porque tener un TOC es parte de la vida.
En el día a día, cientos de personas repiten una serie de actos que a simple vista parecen ser cotidianos, pero que en la realidad no son más que una preocupación personal de alta prioridad. Así pues, en la película se puede ver a una señora que revisa constantemente si dejó las luces apagadas de su casa, si está llevando las llaves en la cartera, o si cerró bien la llave del gas.
Hay otro personaje que me hace recordar quizás a cuando uno es niño y evita pisar las líneas de las veredas. O, en el peor de los casos, las personas que son maniáticas del aseo. También están representadas aquellas personas con síndrome de Tourette y tienen lo que denominamos tics nerviosos.
«Tener un TOC puede ser algo que cualquiera normaliza en su vida cotidiana pero que, como en la cinta, también se puede tratar a través de terapias».
Y es que tener un TOC puede ser algo que cualquiera normaliza en su vida cotidiana pero que, como en la cinta, también se puede tratar a través de terapias. Y de eso se trata: en medio de una terapia grupal, el doctor, quien se involucra en el evento como un paciente más, motiva a los personajes a enfrentar sus miedos y tratar de evitarlos. Y eso lo lograrán sí y solo sí dejan de pensar en ellos y prestan atención a otro tipo de situaciones de mayor interés.
La cinta no me convenció del todo. La encontré lenta por momentos y sin mucha gracia. En reiteradas oportunidades, el protagonista consulta de forma insistente si lo que ocurre en el consultorio se trata de una terapia grupal, dejando entrever el futuro de la propuesta, y suprimiendo aquello que resulta atractivo en cualquier película: el suspenso.
En esta producción española me gustó ver a Nuria Herrero, quien posteriormente participó en la serie Tiempos de guerra (2017). Siempre destaca por su interpretación y su acentuado dejo español. Buena actuación también la del argentino Óscar Martínez, quien es médico y paciente a la vez en la cinta. A él también lo recuerdo de una de las historias de Relatos Salvajes (2014).
Toc Toc pudo ser más ágil y dinámica, con un guion menos flojo, pocas acciones repetitivas y mejores gags. Sin embargo, la exageración terminó por opacar ciertas escenas que, naturalmente, hacen morir de risa al espectador.