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El papa Francisco en la mira de todos

La semana que pasó fui a ver El papa Francisco: Un hombre de palabra al cine del Centro Cultural de la PUCP, una de las pocas salas que le dio vitrina a este documental del director alemán Wim Wenders, quien ha hecho esta producción de la mano con el Vaticano.

A través de un buen resumen de los hitos de los cuales ha sido protagonista Jorge Mario Bergoglio desde el inicio de su pontificado, el documental muestra –en un tono muy personal, gracias a las entrevistas que le realizaron al Papa- lo que le inspiró al obispo argentino para adoptar el nombre de Francisco, hecho que implica la prédica de la filosofía de San Francisco de Asís a través de diversas acciones.

Francisco recurre muchas veces a la retórica para explicar sus posturas con un lenguaje fresco, muy actual y con muchas bromas. Esa es la forma de conectar del Papa a través de sus discursos. Pero también sabe que la imagen es importante, y eso se logra ver en los primeros planos que le hacen en el documental: muestra gestos con el rostro y agranda los ojos para enfatizar sus ideas. Sabe, definitivamente, comunicar a través de la imagen.

No obstante, y como es de esperarse, el guion solo presenta aspectos positivos del personaje, y no muestra espacio alguno para el cuestionamiento. Hace poco, el Vaticano corrigió al Papa, quien consultado por la prensa por el tema de la homosexualidad, recomendó a los padres evaluar el tema a través de la psiquiatría. En la producción, ante una pregunta similar, se muestra al sumo pontífice excusándose de juzgar a los integrantes de esta comunidad, y sostiene que mientras tengan amor por Dios todo está bien.

«Francisco, ya no solo es un personaje, sino que es parte de la historia contemporánea que todos debemos conocer».

En el mismo sentido, Francisco dice “tolerancia cero” para los sacerdotes que cometen pederastia. Sin embargo, aunque posteriormente se retractó respecto a su actuación inicial, basta recordar la forma en que valoró las denuncias por abuso sexual y encubrimiento que se dieron en Chile en contra de Fernando Karadima y Juan Barros.

La producción de Wenders es de alta calidad. Tiene un buen guion, ya que hay una secuencia histórica para dar a conocer lo que ha hecho Francisco por la Iglesia Católica como, por ejemplo, su encíclica Laudato si’ sobre el medio ambiente; y logra establecer la relación causa-efecto para dar a conocer la obra del Papa de manera visual, sin recurrir al formato de entrevista en sí.

Más allá de las motivaciones personales, si usted desea conocer más sobre Bergoglio, sobre su labor en Argentina y sus simpatías políticas, puede también ver la breve serie Llámame Francisco, de Netflix, la cual muestra a un obispo con muchos vínculos con el peronismo de ese entonces, su papel ante la dictadura, y su actuar respecto a las denuncias de las Abuelas de Plaza de Mayo. Sin duda, Francisco, ya no solo es un personaje, sino que es parte de la historia contemporánea que todos debemos conocer.

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