VOZ EN OFF

‘Orlando’, identidad en tiempos isabelinos

Si hay algo que me gusta mucho del teatro es el poder que tiene para hacernos imaginar las situaciones a través de las palabras y las acciones. Uno puede sentarse en la butaca, oír los diálogos, y entender perfectamente todo sin la necesidad de ver un desarrollado escenario. Los detalles que usualmente vemos sobre la tarima son, en parte, la proyección mental del director al momento de la lectura de la obra.

Esto quedó demostrado una vez más de la mano de Norma Martínez en Orlando, obra que se presenta en el Teatro Británico y que se desarrolla bajo su dirección. Esta cuenta la historia de Orlando, un bello joven noble que en pleno periodo isabelino desenvuelve su vida con frenesí, tanto en la cotidianidad como en el amor.

Sin embargo, un día despierta siendo mujer, y empieza a darse cuenta de cómo es el trato que ellas reciben y las limitaciones que tienen de parte de la sociedad. Siendo mujer puede dejar en evidencia el machismo, abordar la homosexualidad y la traición del pasado, y hacernos ver que en nuestro presente aún tenemos prejuicios que son totalmente injustificados respecto a la figura femenina.

«Siendo mujer puede dejar en evidencia el machismo […] y hacernos ver que en nuestro presente aún tenemos prejuicios que son totalmente injustificados respecto a la figura femenina».

Estos argumentos se entienden perfectamente en medio del juego de luces que nos hace viajar en el tiempo -del siglo XVI al XX- durante la obra y en la lectura propia del guion por parte de los actores: leen la voz en off, la descripción, y eso nutre el perfil de cada personaje.

Muy divertida la obra con sus ápices musicales contemporáneos. Martínez y su elenco han encontrado en el escenario del Británico la oportunidad de sorprender al público a través de su montaje. Y, para terminar: un gusto volver a ver a Renato Rueda, a quien conocí en la universidad, haciendo lo que ama hacer. Me alegra profundamente.

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