Las historias de la vida real funcionan bien y siempre sorprenden, no por algo se hacen productos culturales con las mismas. Este es el caso de la cinta Estafadoras de Wall Street, película que trae de regreso a Jennifer López como ‘Ramona’, la matriarca y creadora de un sistema que funcionó para robarle el dinero a los corredores de bolsa de los Estados Unidos.
Como parte de su show en un cabaret, ‘Ramona’ comienza a reclutar a más compañeras que la ayuden a aumentar sus ingresos. Es así como encuentra a ‘Destiny’ (interpretada por Constance Wu), quien se convierte en su pupila, y a quien le enseña todas sus técnicas. Juntas forman un equipo que poco a poco va creciendo en número y en dinero.
«Es muy entretenida y, como siempre, me parece un acierto que se haya enmarcado como una reconstrucción periodística».
Si vas a formar una banda delictiva, busca personas sin piedad o, como se dice, sin sangre en la cara. Quizás ese fue el error de ‘Ramona’ al fijarse en ‘Destiny’: no evaluar el nivel de sensibilidad de su aprendiz. Lo que en un inicio fue un acierto, poco a poco se fue convirtiendo en un obstáculo.
‘Destiny’ se oponía a que se usen drogas en los tragos de sus víctimas (por temor a que estas mueran), ‘Ramona’ no. Y es ahí donde aparece la primera traición entre ambas. Ya cuando ocurre lo peor, ‘Ramona’ se olvida de su liderazgo, situación que le enfurece a ‘Destiny’. La relación empeora cuando esta última decide colaborar con la justicia, pese a su sociedad.
Estafadoras de Wall Street es muy entretenida y, como siempre, me parece un acierto que se haya enmarcado como una reconstrucción periodística. Ello nos permite entender adecuadamente los tiempos y adoptar posición alguna sobre los personajes. Además, nos muestra el lado humano de los personajes. Vayan a verla.