VOZ EN OFF

Un profe como Merlí

La semana que pasó leí una noticia en el portal del diario La Nación de Argentina que decía: La historia del argentino al que más fotos le piden en Rusia: ni Messi, ni Sampaoli, un hincha idéntico a Merlí. Vi la foto y me sorprendí al ver a una persona muy parecida al actor español Francesc Orella, quien da vida al personaje de Merlí en la serie del mismo nombre (y que se puede ver en Netflix).

La noticia trata sobre Horacio Domínguez, un hombre que fue a Rusia a ver a su selección, pero que terminó asediado por los confundidos admiradores del profesor de filosofía del Instituto Àngel Guimerà. Abordado por la prensa, el argentino aseguró que se parece mucho al personaje de la serie: “Soy directo, me gustan las mujeres como a él, irónico. Soy buen anfitrión cuando hago los asados en mi casa y todos se divierten”.

Horacio Domínguez asediado por admiradoras que piensan que es Merlí. (Archivo personal de Horacio Domínguez)

Me quedo conforme con la definición. Merlí Bergeron es un profesor buena onda que, a través de sus clases de Filosofía, trata de abordar diversos temas que se tornan utópicos en medio de sociedades contemporáneas que no reconocen la igualdad de derechos, y los cambios que puedan sufrir con el paso del tiempo. De ahí que, por ejemplo, los capítulos traten sobre el embarazo adolescente, la homosexualidad y los roles de género, los miedos, la infidelidad, la mentira, el hurto, etc.

En paralelo, Merlí abre sus escenas recordando los paradigmas que nos ha dejado la filosofía a través grandes pensadores como Aristóteles, Platón, Kant, Nietzsche, Thoreau, entre otros. Esto me hizo recordar que años atrás, en una de mis clases universitarias, nos dieron para resolver un examen de una sola pregunta –sobre 20 puntos- que nos pedía elegir a un filósofo, y argumentar por qué su forma de pensar era la mejor para la sociedad. Elegí a Kant y su imperativo categórico.

«Merlí Bergeron es un profesor buena onda que, a través de sus clases de Filosofía, trata de abordar diversos temas que se tornan utópicos en medio de sociedades contemporáneas que no reconocen la igualdad de derechos, y los cambios que puedan sufrir con el paso del tiempo».

Y algo así es lo que ocurre en Merlí, una serie en la cual cada personaje tiene un protagonismo único, y que recibe consejos del profesor para actuar de la mejor manera. Una serie que nos da lecciones de vida de forma gratuita, que nos invita a cuestionar aquello que ya está instaurado y que pensamos que es normal. Cada capítulo de esta serie catalana es un ejercicio mental que le permite al espectador reflexionar sobre la sociedad actual, y ver cuán enferma puede estar la misma.

A ello hay que agregarle lo pícaro que es el profesor de Filosofía, quien sabe ganarse a los alumnos a través de sus clases, y se convierte en una especie de segundo padre, amigo y confidente. Como bien ha dicho Domínguez, Merlí es directo. Él dice las cosas sin pelos en la lengua y es muy coqueto con las mujeres. Conjuga la ironía con lo racional y el pesimismo con la motivación. Merlí es el profesor con el que cualquiera debe toparse algún día para salir del molde y empezar a ver el mundo de forma distinta.

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