VOZ EN OFF

Papa Alaev y su grupo musical

Este fin de semana terminó el Ciclo de cine israelí en el Centro Cultural de la PUCP, en el cual tuve la oportunidad de ver el documental El maravilloso reino de Papa Alaev, la historia -en primera persona- de toda una familia de músicos de Tayikistán, quienes cuentan lo que significa para ellos la música, su familia y, sobre todo, los desafíos que plantea el carácter de Papa Alaev, el “tesoro nacional” de su país por su arte con el dayereh.

Esta especie de tambor con pandereta es el hilo conector de todo la propuesta audiovisual ya que, como explica el propio Allo Alaev, él y toda su familia empiezan a tocarlo desde los 3 años, algo que es muy tradicional en este clan tayiko, y que guarda un deseo oculto: el abuelo quiere que toda su familia siga el camino de la música y mantenga viva la orquesta que él ha creado.

En el dayereh también está el éxito de esta familia: la destreza con la cual lo percute Papa Alaev, y los extravagantes movimientos que hace con él, le ha valido gran popularidad a nivel nacional e internacional, cuyos resultados son grandes conciertos, giras, mucha diversión, pero también algunos dilemas pendientes que su descendencia deberá resolver.

Para sus hijas y nietos de Papa Alaev no es fácil trabajar -o no- con él. Ellos saben que no pueden decepcionarlo a nivel ideológico. Temen a decirle que no y, si son desautorizados, no pueden participar en la banda. Esta situación los obliga a plantearse desafíos y preguntas que tienen que ver mucho con conceptos como la consideración, el respeto y el agradecimiento hacia el patriarca de la familia.

«En el documental se hace evidente un mestizaje instrumental al interior de la orquesta que se visibiliza a través del violín y el clarinete».

Bien han hecho Tal Barda y Noam Pinchas –productora y director- al recoger no solo el éxito del grupo musical, sino también enfocarse en las decepciones que existen al interior de mismo. De ahí que sea muy consecuente escuchar la versión de una de las hijas de Papa Alaev, quien no integra el grupo pero que tiene una destreza tremenda con el qanun.

O las declaraciones de uno de sus nietos, quien sabe que debe abandonar la orquesta si es que quiere construir su propio camino y llegar a ser como su abuelo. En esa misma línea va otro de sus familiares, quien pese a que sabe que el abuelo solo piensa en ellos como modelo único de supervivencia, explora por su lado nuevas formas de la música, interactuando con otros artistas locales, pero sobre todo impulsando la transición de lo acústico a lo electrónico.

Conociendo el origen, no sorprende que la música de los Alaev sea muy familiar sonoramente a la sefardí, trasladada por la comunidad judía hacia España hace mucho tiempo atrás. En el documental se hace evidente un mestizaje instrumental al interior de la orquesta que se visibiliza a través del violín y el clarinete, de origen europeo; y de cómo el clan se abre a la modernidad pese a la autoridad de Papa Alaev.

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