Ya lo dice la frase: el perro es el mejor amigo del hombre. No obstante, muchas veces, el hombre no corresponde de la misma manera a esta expresión de afecto por parte de los cuadrúpedos. Quien sí lo hace es Atari Kobayashi, el protagonista de Isla de Perros, quien sale en búsqueda de su mascota, Spots, luego de que esta fuera expulsada de la ciudad a un basural ante una inventada epidemia de gripe canina sin cura.
Es Atari, quien desobedeciendo a su tío, viaja en una nave a buscar a quien fuera su perro guardaespaldas, el cual es presentado como un héroe en situación de desventaja. El factor sanitario, clave en la cinta, puede tener dos interpretaciones: ser el origen de una epidemia que pone en riesgo la salud de toda una población, o ser el pretexto perfecto para que una mala autoridad busque perpetuarse en el poder.
«Wes Anderson nos acerca a la cultura japonesa a través de imágenes y planos muy bien trabajados en 3D. Es la animación una de las cosas que más destaca en la cinta, así como las formas, los escenarios y la construcción de los personajes».
De forma muy gráfica, Wes Anderson nos acerca a la cultura japonesa a través de imágenes y planos muy bien trabajados en 3D. Es la animación una de las cosas que más destaca en la cinta, tanto por el detalle logrado, así como por las formas, los escenarios y, por supuesto, la construcción de cada uno de los personajes y el patrón gráfico que se mantiene durante la trama.
Al respecto, pueden ver en Internet cómo se hizo la película (ver video), y constatar que el trabajo realizado por Anderson y su equipo va más allá de la mera operación a través de un computador. El plano por plano, a través del stop-motion, es otro de los argumentos a favor que presenta. En realidad, esto sorprende mucho, y vale la pena indagar más al respecto.
El recurso del flashback no se gasta pese a su recurrencia. Más bien contribuye a explicar, por ejemplo, el porqué de las intenciones del mayor Kobayashi de no dar a conocer el antídoto que cura la enfermedad canina (sus intenciones de continuar como alcalde de Megasaki); o a demostrar las habilidades de guardaespaldas que tiene Spots y su estrecha afinidad con Atari.
La Isla de Perros, que en realidad es la Isla Basura, demuestra que el bien se impone ante el mal y que como un equipo todo es posible. También refleja la importancia de la labor periodística en circunstancias en las que se convive con la corrupción a diario.
Sin duda, esta es una cinta que, a pesar de ser lenta por momentos, llega a producir sensaciones que nos pueden hacer recordar nuestra niñez y sentirnos identificados con Atari –quien, de forma espontánea, varias veces logra arrebatar risas en los espectadores con un poco de comedia–. Esto último también le ha valido gran popularidad -a través del boca a boca- a Isla de Perros, película que ha tenido un paso fugaz por la cartelera peruana, pero que sigue generando comentarios positivos en las redes sociales.