VOZ EN OFF

‘Guardaespaldas’, una buena serie policial

La semana pasada, el sistema de inteligencia artificial con el que trabaja la plataforma Netflix me mostró en su roll de recomendaciones la serie Guardaespaldas (Bodyguard). Recién estrenada en octubre de este año, la serie se perfila como uno de los grandes éxitos de la BBC, tanto por la calidad de su guion, así como por su reparto.

La serie pone al fresco los dilemas psicológicos que atormentan a David Budd, un exsoldado de la guerra en Afganistán que es designado a cuidar a Julia Montague, la ministra del Interior de Inglaterra. Su tránsito a este puesto ocurre en medio de un atentado terrorista que él logra evitar mientras viaja en el tren, y que será solo el inicio de una serie de ataques que irán en contra de su protegida y, además, de su familia.

Atormentado por lo que ocurrió durante la guerra, Budd empieza a dudar sobre su fidelidad a su labor, debido a que entiende perfectamente que quienes toman la decisiones nunca sufren las consecuencias de las mismas. Esto es: son las tropas las que conviven con heridas y problemas psicológicos, mas no los políticos que los envían. Y hoy, a él, le toca proteger a aquellos que decidieron su futuro inevitable.

Pese a ello, el guardaespaldas se involucra con la ministra, quien –según versiones de sus detractores- opera de esa manera con la finalidad de conseguir beneficios personales y que su personal de seguridad no revele los detalles de sus acciones que, mirándolas bien desde el lado político, no persiguen la consigna del bien común necesariamente. Montague es acusada de intentar mantener el terror en su país con la finalidad de mantenerse en el poder y, eventualmente, conseguir un puesto superior.

«La serie pone al fresco los dilemas psicológicos que atormentan a David Budd, un exsoldado de la guerra en Afganistán que es designado a cuidar a la ministra del Interior de Inglaterra».

Ella ha propuesto la ley RIPA-18, la cual busca “saber si la gente busca las palabras ‘tetas’ o ‘bomba’ en Internet”. Una suerte de control sobre las libertades de las personas, propuesta que le genera muchos enemigos, hasta de su propio personal de confianza. Tras un ataque en el cual ella muere, las miradas vuelven a centrarse en Budd como principal sospechoso del atentado, hecho paradójico tratándose él de su seguridad personal.

Debido a esta situación, a Budd le corresponde descubrir quiénes han atentado contra la ministra y, además, quienes intentan perjudicarlo. Este es la real motivación de Guardaespaldas, producción que ha sabido reflejar los efectos de la guerra en los soldados y de cómo las luchas de poderes en las altas esferas de la política pueden llegar a ser dañinas para toda una nación.

Gran trabajo el del guionista británico Jed Mercurio, quien ha sabido captar la atención de los espectadores desde el primer segundo de la serie, y muy buena la elección de Richard Madden y Keeley Hawes para interpretar a los dos personajes principales. Guardaespaldas es una serie que vale la pena ver, interpretar, analizar, y que merece tener una segunda temporada con mucha más acción y suspenso del bueno.

You Might Also Like